martes, 15 de junio de 2010

Investigacion Documental



Desarrollo:

El agua existe en la Tierra en tres estados: sólido (hielo, nieve), líquido y gas (vapor de agua). Océanos, ríos, nubes y lluvia están en constante cambio: el agua de la superficie se evapora, el agua de las nubes precipita, la lluvia se filtra por la tierra, etc. Sin embargo, la cantidad total de agua en el planeta no cambia. La circulación y conservación de agua en la Tierra se llama ciclo hidrológico, o ciclo del agua.
Cuando se formó, hace aproximadamente cuatro mil quinientos millones de años, la Tierra ya tenía en su interior vapor de agua. En un principio, era una enorme bola en constante fusión con cientos de volcanes activos en su superficie. El magma, cargado de gases con vapor de agua, emergió a la superficie gracias a las constantes erupciones. Luego la Tierra se enfrió, el vapor de agua se condensó y cayó nuevamente al suelo en forma de lluvia.




Universidad de Guadalajara.

Escuela Preparatoria Regional De Ameca


Profesor:
Sergio Iván Solano Zepeda


Materia:
Tecnología de la información 2

Tema:
Ciclo del Agua


Alumno:

Ramos Pérez Iván de Jesús.


Grado, Grupo y Turno:

2 “A” T/V


Lugar y fecha:
Ameca Jalisco, 18 de febrero del 2010

Indice:

Justificación…………………………………………………. Pág. 4
Introducción…………………………………………………….Pág.4-5
Contenido…………………………………………………………..Pág. 5-16
Conclusión……………………………………………………Pág. 17
Resumen…………………………………………………………….Pág.17-18
Opinión……………………………………………………….Pág.18
Referencias bibliográficas…………………………………….Pág.19



Tema:

Ciclo del agua


Objetivo:

El conocer mas sobre el tema de cómo el agua es capaz de reciclarse por si sola gracias a el ciclo del agua y como son cada una de las fases del ciclo, además de saber cundo y como comenzó el ciclo.


Justificación:
El agua (del latín agua) es una sustancia cuya molécula está formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O). Es esencial para la supervivencia de todas las formas conocidas de vida. En su uso más común, con agua nos referimos a la sustancia en su estado líquido, pero la misma puede hallarse en forma sólida (hielo), y en forma gaseosa que llamamos vapor. El agua cubre el 71% de la superficie terrestre. En nuestro planeta, se localiza principalmente en los océanos donde se concentra el 96,5% del agua total, los glaciares y casquetes polares tiene el 1,74%, los depósitos subterráneos en (acuíferos), los permafrost y los glaciares continentales suponen el 1,72% y el restante 0,04% se reparte en orden decreciente entre lagos, la humedad del suelo, atmósfera, embalses, ríos y seres vivos.
Desde el punto de vista físico, el agua circula constantemente en un ciclo de evaporación o transpiración (evapotranspiración),precipitación, y desplazamiento hacia el mar. Los vientos transportan tanto vapor de agua como el que se vierte en los mares mediante su curso sobre la tierra, en una cantidad aproximada de 45.000 km³ al año. En tierra firme, la evaporación y transpiración contribuyen con 74.000 km³ anuales a causar precipitaciones de 119.000 km³ al año.
Se estima que aproximadamente el 70% del agua dulce se consume en la agricultura. El agua en la industria absorbe una media del 20% del consumo mundial, empleándose como medio en la refrigeración, el transporte y como disolvente de una gran variedad de sustancias químicas. El consumo doméstico absorbe del orden del 10% restante.
El agua potable es esencial para todas las formas de vida, incluida la humana. El acceso al agua potable se ha incrementado sustancialmente durante las últimas décadas en la práctica totalidad de la superficie terrestre. Sin embargo estudios de la FAO, estiman que uno de cada cinco países en vías de desarrollo tendrá problemas de escasez de agua antes del 2030; en esos países es urgente un menor gasto de agua en la agricultura modernizando los sistemas de riego


Introduccion:

El agua en la tierra es fuente de vida y existe la misma cantidad desde hace millones de años,
el agua se renueva constantemente en la naturaleza mediante un ciclo llamado, hidrológico o ciclo del agua.

El Planeta Tierra presenta una superficie cubierta en un 70% por agua, estimándose que la cantidad de la misma en el mismo es de aproximadamente 1386 millones de kilómetros cúbicos, cifra que se ha mantenido casi constante y en equilibrio dinámico entre sus tres estados (sólido, líquido y gaseoso) desde el origen de la vida hasta la actualidad.

El agua se distribuye desigualmente entre los distintos compartimentos, y los procesos por los que éstos intercambian el agua se dan a ritmos heterogéneos. El mayor volumen corresponde al océano, seguido del hielo glaciar y después por el agua subterránea. El agua dulce superficial representa sólo una exigua fracción y aún menor el agua atmosférica (vapor y nubes).
El movimiento del agua en el ciclo hidrológico es mantenido por la energía radiante del sol y por la fuerza de la gravedad.
El ciclo hidrológico se define como la secuencia de fenómenos por medio de los cuales el agua pasa de la superficie terrestre, en la fase de vapor, a la atmósfera y regresa en sus fases líquida y sólida. La transferencia de agua desde la superficie de la Tierra hacia la atmósfera, en forma de vapor de agua, se debe a la evaporación directa, a la transpiración por las plantas y animales y por sublimación (paso directo del agua sólida a vapor de agua).
La cantidad de agua movida, dentro del ciclo hidrológico, por el fenómeno de sublimación es insignificante en relación a las cantidades movidas por evaporación y por transpiración, cuyo proceso conjunto se denomina evapotranspiración.


Contenido:
El ciclo hidrológico se podría definir como el “proceso que describe la ubicación y el movimiento del agua en nuestro planeta". Es un proceso continuo en el que una partícula de agua evaporada del océano vuelve al océano después de pasar por las etapas de precipitación, escorrentía superficial y/o escorrentía subterránea, el agua no permanece estacionaria sobre la Tierra sino que se establece una circulación del agua entre los océanos, la atmósfera y la litosfera-biosfera de forma permanente. Es lo que se conoce como ciclo hidrológico.
El concepto de ciclo se basa en el permanente movimiento o transferencia de las masas de agua, tanto de un punto del planeta a otro, como entre sus diferentes estados (líquido, gaseoso y sólido). Este flujo de agua se produce por dos causas principales: la energía Solar y la gravedad.
El sol dirige el ciclo calentando el agua de los océanos. Parte de esta agua se evapora en vapor de agua. El hielo y la nieve pueden sublimar directamente en vapor de agua. Las corrientes de aire ascendentes toman el vapor de la atmósfera, junto con el agua de evapotranspiración, que es el agua procedente de las plantas y la evaporación del suelo. El vapor se eleva en el aire, donde las temperaturas más frías hacen que se
Agua es todo lo que nos rodea, lo que vemos y lo que no vemos. Es un recurso natural que todos conocemos y que es muy importante para todos los organismos.
Cada segundo, cada minuto, cada hora y cada día experimentamos con el agua.
Hay agua en el aire que respiramos. Esto es vapor que está en el ambiente. El agua nos rodea, está en el mar los ríos, lagos, está en el hielo, la lluvia, arroyos, la nieve y los glaciares.
Nuestro cuerpo está compuesto por 65% de agua, nuestra sangre está compuesta de 80 a 90% de agua, nuestros músculos tienen alrededor de 75% de agua. Nosotros necesitamos tomar al menos 8 vasos de agua al día para que nuestro cuerpo sea saludable.
El ciclo del agua es importante porque si lloviera continuamente y no hubiera evaporación todos los organismos moriríamos ahogados.

condense en nubes. Las corrientes de aire mueven las nubes alrededor del globo. Las partículas de las nubes chocan, crecen y caen del cielo como precipitación. Algunas caen como precipitaciones de nieve y pueden acumularse como casquetes polares y glaciares, que almacenan el agua congelada durante miles de años. En climas más cálidos, los bloques de nieve a menudo se descongelan y se derriten cuando llega la primavera, y el agua derretida fluye por la tierra. La mayor parte de la precipitación cae sobre los océanos o la tierra, donde, debido a la gravedad, fluye sobre la superficie. Una parte de ese agua entra en los ríos a través de valles en el paisaje, y la corriente mueve el agua hacia los océanos. El agua filtrada pasa a las aguas subterráneas, que se acumulan y son almacenadas como agua dulce en lagos. No toda el agua fluye por los ríos. La mayor parte de ella empapa la tierra como infiltración. Un poco de agua se infiltra profundamente en la tierra y rellena acuíferos, que almacenan cantidades enormes de agua dulce durante períodos largos del tiempo. Algunas infiltraciones permanecen cerca de la superficie de la tierra y pueden emerger, acabando como agua superficial (y oceánica). Algunas aguas subterráneas encuentran grietas en la tierra y emergen. Con el tiempo, el agua sigue fluyendo, para entrar de nuevo en el océano, donde el ciclo se renueva.
El ciclo del agua es único, aunque siempre renovado: evaporación, precipitaciones, escorrentías o infiltraciones, salida al mar y reinicio del proceso. Para su posterior utilización como recurso es preciso conocer no sólo el volumen total de las aportaciones que se introducen en ese ciclo (precipitaciones) sino la importancia relativa de cada fase (relaciones entre lluvias y evaporación, entre los caudales subterráneos y los superficiales) y las características físico-químicas del agua en cada momento del ciclo (estado sólido o líquido, salinidad, etc.).
Se conoce como ciclo natural del agua el proceso que se inicia con el aporte de las precipitaciones desde la atmósfera a la tierra y a partir del cual el agua se evapora, transcurre sobre la superficie o se infiltra en mantos subterráneos.





El océano es un depósito del agua
La cantidad de agua que es "almacenada" en los océanos por largos períodos de tiempo, es mucho mayor a la que actualmente se encuentra en movimiento en el ciclo del agua. Se estima que, de los 1.386.000.000 kilómetros cúbicos (332.500.000 millas cúbicas) que hay de agua en la Tierra, alrededor de 1.338.000.000 kilómetros cúbicos (321.000.000 millas cúbicas) son almacenados en los océanos. Esto es, alrededor de un 96.5%. También se estima, que los océanos proveen de un 90% del agua que se evapora hacia la atmósfera.
Durante los períodos de clima más frío, se forman grandes capas de hielo y glaciares, en la medida que una mayor cantidad de agua se acumula en forma de hielo, menor será el agua disponible en las otras componentes del ciclo. Lo contrario sucede durante los períodos más cálidos. Durante las últimas glaciaciones, los glaciares cubrieron casi un tercio de la superficie terrestre, y los océanos eran aproximadamente 400 pies (120 metros) más bajos de lo que son hoy día. Alrededor de 3 millones de años atrás, cuando la Tierra era más cálida, los océanos podrían haber estado 165 pies (50 metros) por encima del nivel medio actual.
Océanos en movimiento
Existen corrientes en los océanos que mueven grandes masas de agua alrededor de la Tierra. Estos movimientos tienen una gran influencia en el ciclo del agua y el clima. La Corriente del Golfo, es una conocida corriente cálida del Océano Atlántico, que mueve agua desde el Golfo de México a través del Océano Atlántico, hacia Gran Bretaña. A una velocidad de 97 kilómetros (60 millas) por día, la Corriente del Golfo mueve 100 veces más agua que todos los ríos sobre la Tierra. Proveniente de climas más cálidos, la Corriente del Golfo mueve agua cálida hacia el Atlántico Norte, lo cual afecta el clima de algunas áreas, por ejemplo, el Oeste de Inglaterra.

El agua, elemento esencial para la configuración y la dinámica del medio físico y de las formas de vida, es, si cabe, especialmente importante en las regiones de la cuenca mediterránea, uno de cuyos rasgos definitorios es la relativa escasez y, sobre todo, la enorme irregularidad de las aportaciones naturales de agua. Ello se traduce en largos periodos de sequía que contrastan con momentos de precipitación torrencial que vienen a actuar sobre un medio escasamente protegido por la vegetación, provocando periódicos desbordamientos e inundaciones.
El ciclo natural del agua depende fundamentalmente de la interrelación entre una serie de factores: el volumen de las precipitaciones, así como su distribución en el tiempo y en el espacio; el sustrato geológico y el tipo de materiales, su permeabilidad y su resistencia; las características de los suelos, que influyen en la capacidad de retención de agua y de desarrollo de la vegetación.
Lógicamente la variedad de situaciones que esto conlleva hace que los ciclos del agua presenten diferencias notables no solo a escala continental sino también entre las principales unidades físicas que componen la región. De hecho el agua es uno de los agentes más decisivos en esta configuración física en tanto que, por un lado, actúa como modelador del relieve mediante un largo proceso de erosión motivada por la escorrentía superficial y, por otro, determina, en íntima relación con los materiales que forman el suelo, la productividad biológica de cada espacio, su fertilidad y el tipo de vegetación que es capaz de soportar.
El ciclo natural del agua en la región se caracteriza por acusar un fuerte estiaje de tres o más meses, durante los cuales la escasez de lluvias hace que los cursos fluviales reduzcan notablemente sus caudales llegando incluso, en las vertientes mediterráneas, a secarse. Otro rasgo notable es la elevada evapotranspiración (en relación con otras regiones de la Península Ibérica y del continente europeo), ya que casi las tres cuartas partes del agua precipitada vuelven de esta forma a la atmósfera, y consiguientemente disminuye la cantidad de agua que realmente discurre por la superficie terrestre.
El ciclo del agua, único en su conjunto, está sin embargo lleno de matices y circunstancias especiales en cada lugar de la región. A veces esos matices cobran una importancia decisiva para la vida, para la vegetación, influyen poderosamente en las formas de instalarse el hombre sobre el territorio, de localizar los usos y las ciudades.
Por ejemplo, en Sierra Morena la pluviosidad es relativamente abundante, pero los materiales de que está compuesta son en su mayor parte impermeables, el ciclo del agua se realiza sobre todo en superficie. Los manantiales y acuíferos son raros y los encajonados arroyos apenas desarrollan vegas o llanuras aluviales en sus relativamente cortos recorridos.
Esta forma especial del ciclo condiciona sobremanera la colonización humana: el poblamiento se concentra en los pocos lugares donde agua y suelo permiten el cultivo (así en la Sierra de Aracena) y se dispersa en el resto o incluso aparecen auténticos desiertos humanos (la Sierra Morena de Jaén). Modernamente, estas particulares circunstancias del ciclo del agua han sido ampliamente aprovechadas para la instalación de embalses y la producción de energía eléctrica: un papel de auténtico reservorio de agua transferida hacia otras zonas de la región.
Matices diferentes y tan decisivos se pueden encontrar en el ciclo del agua sobre los Sistemas Béticos. Aquí es tan importante (al menos cualitativamente) la circulación superficial como la subterránea. Manantiales de los terrenos calizos, acuíferos aluviales de vegas estrechas pero continuas que han facilitado históricamente una cultura del riego inexistente en Sierra Morena y muy importante en los sectores béticos orientales. Una particularidad adicional de enorme trascendencia es el régimen pluvionival. El ciclo del agua se desarrolla en forma de nieve durante varios meses: los aportes del deshielo permiten una especie de regulación natural de los cauces que atempera y amplía el tiempo disponible del agua a lo largo del año. El mapa del poblamiento y de los cultivos casi siempre densos y lineales, siguiendo las márgenes de los ríos y los acuíferos aluviales, puede dar idea de las decisivas consecuencias de esos matices del ciclo del agua en las Sierras Béticas.
La mayor parte de estos conjuntos serranos avenan sus aguas hacia la depresión del Guadalquivir, fertilizando esa llanura de gran valor agrológico que ha acogido desde sus comienzos la parte principal del poblamiento andaluz. La gran cantidad de lagunas y marismas litorales deja ver con claridad la importancia del ciclo endorreico y de los procesos de colmatación actuales. La salinidad de los cauces de la margen izquierda es otra importante circunstancia a considerar en el valle. Esta salinidad proviene de su paso por terrenos margosos con alto contenido de yesos e impide el uso del agua para abastecimiento e incluso para riego.
Las cuencas mediterráneas presentan unas características claramente diferenciadas desde el punto de vista del funcionamiento del ciclo, debido tanto a sus peculiares rasgos climáticos, como al hecho de que los ríos tengan un recorrido muy corto y con una fuerte pendiente, por la proximidad entre el sistema de sierras litorales y el mar.
El gradiente de la aridez, más intensa en las zonas orientales, unido a la torrencialidad característica de las lluvias, dan como resultado que la mayor parte de los cursos fluviales sean ramblas de carácter estacional, con un elevado poder erosivo en los momentos de las crecidas, en las que frecuentemente se desbordan los cauces y se inundan las zonas adyacentes.
En ello también incide la intensa deforestación de muchas sierras, lo que disminuye la capacidad de retención del agua y favorece la erosión. El intenso arrastre de materiales trae como consecuencia la formación de grandes depósitos en las desembocaduras, auténticas llanuras litorales que modifican la linea de costa y pueden llegar a producir fenómenos de endorreísmo al impedir el contacto con el mar.
Otros factores importantes en el ciclo del agua son las características de los materiales predominantes; así las calizas, favorecen los procesos de infiltración del agua mediante la disolución del carbonato cálcico y la formación de importantes acuíferos, auténticos ríos subterráneos sobre cuyo comportamiento y dinámica aún se conoce poco. Este proceso, el de la formación de acuíferos, es precisamente uno de los aspectos diferenciadores más notable de las cuencas mediterráneas. Las reservas subterráneas suponen casi la mitad de los recursos hídricos totales, en tanto que en las cuencas atlánticas son menos de una cuarta parte. La importancia de los acuíferos es pues un elemento clave para compensar la mayor escasez de precipitaciones y el carácter temporal de las aguas superficiales. De hecho existe una relación inversa entre la mayor aridez de las cuencas más orientales y la mayor significación que adquieren los recursos subterráneos, que en Almería llegan a ser más importantes cuantitativamente incluso que los recursos superficiales. En síntesis, el ciclo natural del agua, como proceso en el que interactúan las condiciones climáticas, la estructura fisiográfica y los suelos, aparece como un factor esencial para la caracterización del territorio regional. Una primera consecuencia es la delimitación de ámbitos en los que la dinámica hidrológica determina los aspectos más decisivos de la dinámica ecológica, en función del balance que se establece entre las precipitaciones, la capacidad de retención de los suelos y la evapotranspiración. Desde este punto de vista se distinguen lugares excedentarios, donde las precipitaciones superan a la evapotranspiración, como Sierra Morena y las zonas de mayor pluviometría de las Béticas (Cazorla-Segura, Sierra Nevada, Ronda-Grazalema), así como los arenales costeros y las grandes vegas (Guadalquivir, Granada), de otros espacios claramente deficitarios como la llanura del Guadalquivir, las altiplanicies orientales y, de manera especial, el sureste árido de Almería.
En cualquier caso, el ciclo natural del agua no puede ser entendido sin considerar su intervención por parte del hombre: regulación de las aguas superficiales (embalses, captaciones, elevaciones) y explotación de las aguas subterráneas. Así, el balance hidrológico final no es ya sólo un resultado de procesos naturales, sino que han de considerarse las distintas formas de apropiación y consumo de los recursos en diferentes fases. Pero no sólo el consumo directo detrae importantes volúmenes de agua del ciclo natural, también existen otros mecanismos indirectos a través de los cuales la acción humana modifica los procesos naturales: la deforestación y la erosión son aspectos que influyen en una menor capacidad de retención del agua y alteran los procesos de circulación; la contaminación modifica la composición físico-química del agua, lo que no sólo afecta a los procesos biológicos sino que llega a comprometer la propia reutilización del recurso, etc.
En suma, el agua es un recurso esencial para la vida con un valor estratégico desde el punto de vista económico. Su ciclo natural aporta a la región potencialidades y limitaciones de partida, y su disponibilidad es un requisito indispensable para el desarrollo de las actividades sociales y económicas.
¿Cómo trabaja el Ciclo de la Agua?
Moléculas de agua de lagos, los ríos, las corrientes, los depósitos, y el océano se calientan por el sol y se transforman en vapor que sube en el aire. [evaporación]
Las plantas son calentadas por el sol, también, y mandan moléculas de agua en el aire por sus hojas. [transpiración]


Estas moléculas de agua forman las nubes.
Cuándo el aire y el agua refrescan, ellos forman gotas de agua que cae a la tierra como lluvia. Si ellos son congelados, ellos llegan a ser la nieve o la aguanieve. [condensación] El vapor ha cambiado en un líquido.
Una vez que el agua alcanza el suelo, puede fluir a través de la tierra hasta que alcance los ríos, los lagos, las corrientes, o el océano. Esto es agua de superficie. Puede hundirse también en el suelo y el flujo de la gravedad con espacios en la piedra, en la grava, y en la arena hasta que alcance estas masas de agua. Esto es agua subterránea.
El ciclo empieza otra vez.


¿Por que el agua es importante Muchos de nosotros pensamos que agua siempre estará allí para nosotros cuando nosotros lo queremos. Sin agua, los seres vivos morirían. Usted morirá si usted va sin agua para más que una semana. Las plantas morirán sin agua y eso mataría todos los animales que comen las plantas.
Cuándo desastres suceden, la primera cosa útil que mandamos es agua. En los Estados Unidos, nosotros estamos tan acostumbrados a tener agua que nosotros no pensamos acerca de otros países que sufren años y años de la sequía; donde niños beben agua sucia que los hace enfermos, y las personas andan millas para obtener apenas eso.
Aprendimos del ciclo de agua que utilizamos y volvemos a emplear la misma agua que ha estado en la tierra desde que el principio de los tiempos. La parte espantosa es que mientras el agua es la mismo, la cantidad de agua limpia ha bajado. En algún punto, si nosotros no tomamos el cuidado de ello, nosotros seremos dejados con agua sólo contaminada.




La atmósfera está llena de agua
Si bien la atmósfera no es un importante almacenador de agua, es una vía rápida que el agua utiliza para moverse por el globo terráqueo. Siempre hay agua en la atmósfera. Las nubes son la forma más visible del agua en la atmósfera, pero incluso el aire limpio contiene agua...partículas de agua que son muy pequeñas como para ser visibles. El volumen de agua en la atmósfera en cualquier momento es alrededor de 12,900 kilómetros cúbicos (3,100 millas cúbicas). Si toda el agua de la atmósfera cayera como lluvia al mismo tiempo, cubriría la superficie terrestre con una capa de agua de 2.5 cm de espesor, alrededor de 1 pulgada.




Fases del ciclo hidrológico o del agua.

El ciclo del agua tiene una interacción constante con el ecosistema debido a que los seres vivos dependen de este elemento para sobrevivir y a su vez coayudan al funcionamiento del mismo. Por su parte, el ciclo hidrológico presenta cierta dependencia de una atmósfera no contaminada y de un cierto grado de pureza del agua para su desarrollo convencional, ya que de otra manera el ciclo se entorpecería por el cambio en los tiempos de evaporación, condensación, etc.
Los principales procesos implicados en el ciclo del Agua son:
La evaporación es el proceso por el cual las moléculas en estado líquido (por ejemplo, el agua) se hacen gaseosas espontáneamente (ej.: vapor de agua). Es lo opuesto a la condensación. Generalmente, la evaporación puede verse por la desaparición gradual del líquido cuando se expone a un volumen significativo de gas.

Por término medio, las moléculas no tienen bastante energía para escaparse del líquido, porque de lo contrario el líquido se convertiría en vapor rápidamente. Cuando las moléculas chocan, se transfieren la energía de una a otra en grados variantes según el modo en que chocan.

Los líquidos que no parecen evaporarse visiblemente a una temperatura dada en un gas determinado (p.ej., el aceite de cocina a temperatura ambiente) poseen moléculas que no tienden a transferirse la energía de una a otra como para darle "la velocidad de escape" (la energía calórica) necesaria para convertirse en vapor. Sin embargo, estos líquidos se evaporan, pero el proceso es mucho más lento y considerablemente menos visible.

La evaporación es una parte esencial del ciclo del agua. La energía solar provoca la evaporación del agua de los océanos, lagos, humedad del suelo y otras fuentes de agua. En hidrología, la evaporación y la transpiración (que implica la evaporación dentro del estoma de la planta) reciben el nombre conjunto de evapotranspiración.



La condensación es el proceso por el cual el vapor de agua del aire se transforma en agua líquida. La condensación es importante para el ciclo del agua ya que forma las nubes. Estas nubes pueden producir precipitación, la cual es la principal forma que el agua regresa a la Tierra. La condensación es lo opuesto a la evaporación.
La condensación es responsable también de la niebla, de que se empañen tus lentes cuando pasas de un cuarto que está frío a uno más cálido, de la humedad del día, de las gotas que escurren por el lado de afuera de tu vaso y de las gotas que se forman del lado de adentro de las ventanas cuando el día esta frío.
Condensación en el aire
Incluso en aquellos días en que el cielo esta completamente despejado de nubes, el agua sigue presente en forma de vapor de agua y pequeñas gotas demasiado pequeñas como para ser vistas. Las moléculas de agua se combinan con diminutas partículas de polvo, sales y humo para formar gotas de nube, que crecen y forman las nubes. Cuando las gotas de nube se juntan entre si crecen en tamaño, formándose las nubes y, la precipitación puede suceder.



La precipitación para que las precipitaciones se produzcan es necesario que las gotas de agua que forman las nubes aumenten de tamaño entre diez y cien veces, momento en el que la gravedad las hará caer a la superficie de la tierra.
Este aumento de tamaño se produce por un proceso llamado coalescencia, que consiste en el choque y unión de las gotas en el seno de la nube, que alcanzan por este mecanismo tamaños cada vez mayores. La coalescencia de, por ejemplo, un millón de gotitas de nube de 20 micras de diámetro, dará como resultado una gota de lluvia de tamaño medio de 2000 micras, es decir 2 mm. En función del tamaño alcanzado, las gotas de lluvia se precipitarán hacia la superficie a diferentes velocidades.
Cuando las nubes están formadas por cristales de hielo y gotitas de agua y las temperaturas son bajas entran en coalescencia, y las gotitas de agua que chocan y se adhieren a la superficie de los cristales se congelan inmediatamente. Los cristales de hielo crecen y aumentan así de tamaño, y se unen por coalescencia unos con otros, hasta alcanzar el suficiente como para caer a la superficie dando lugar a la nieve o el granizo.



Si las temperaturas superficiales no son lo suficientemente altas, la nieve puede fundirse en el descenso y precipitará en forma de lluvia, lo que ocurre en muchas zonas montañosas en las que precipita nieve en las altas montañas y lluvia en las regiones bajas de los valles.
Cuando las precipitaciones caen sobre los océanos, las moléculas de agua pueden permanecer en ellos más o menos tiempo, antes de volver a evaporarse. Pero las precipitaciones que caen en zonas continentales pueden seguir muy distintos caminos para volver de nuevo a la atmósfera.


Infiltración. Ocurre cuando el agua que alcanza el suelo, penetra a través de sus poros y pasa a ser subterránea. La proporción de agua que se infiltra y la que circula en superficie (escorrentía) depende de la permeabilidad del sustrato, de la pendiente y de la cobertura vegetal. Parte del agua infiltrada vuelve a la atmósfera por evaporación o, más aún, por la transpiración de las plantas, que la extraen con raíces más o menos extensas y profundas. Otra parte se incorpora a los acuíferos, niveles que contienen agua estancada o circulante. Parte del agua subterránea alcanza la superficie allí donde los acuíferos, por las circunstancias topográficas, interceptan la superficie del terreno.

Escorrentía. Este término se refiere a los diversos medios por los que el agua líquida se desliza cuesta abajo por la superficie del terreno. En los climas no excepcionalmente secos, incluidos la mayoría de los llamados desérticos, la escorrentía es el principal agente geológico de erosión y transporte.



Circulación subterránea. Se produce a favor de la gravedad, como la escorrentía superficial, de la que se puede considerar una versión. Se presenta en dos modalidades:
 Primero, la que se da en la zona vadosa, especialmente en rocas karstificadas, como son a menudo las calizas, la cual es una circulación siempre cuesta abajo.
 Segundo, la que ocurre en los acuíferos en forma de agua intersticial que llena los poros de una roca permeable, de la cual puede incluso remontar por fenómenos en los que intervienen la presión y la capilaridad.


Fusión. Este cambio de estado se produce cuando la nieve pasa a estado liquido cuando se produce el deshielo.



Solidificación. Al disminuir la temperatura en el interior de una nube el vapor de agua se congela, precipitándose en forma de nieve o granizo.

Luego se repite desde el primer paso.





Conclusión:


El agua un elemento vital para el ser humano y casi ¾ partes de la tierra están compuestas por agua, ya que estamos en contacto con ella todos los días por ejemplo: cuando, la bebemos, o cuando nos bañamos o en forma de lluvia o nieve, en muchas de las actividades que realzamos a diario estamos en contacto con el agua.
El agua también es una sustancia química esencial para la supervivencia de todas las formas conocidas de vida.

Es el único compuesto que puede estar en los tres estados (sólido, líquido y gaseoso) a las temperaturas que se dan en la Tierra. Se halla en forma líquida en los mares, ríos, lagos y océanos; en forma sólida, nieve o hielo, en los casquetes polares, en las cumbres de las montañas; y en forma gaseosa se encuentra formando parte de la atmósfera terrestre como vapor de agua.


También que tenemos que saber mas sobre el comportamiento que tiene el agua y el como comenzó a crearse, así como los diferentes fenómenos que tiene para que por si sola se recicle y siempre este en constante movimiento.
El agua es necesaria para la vida del hombre, los animales y las plantas. Es parte importante de la riqueza de un país; por eso debemos aprender a no desperdiciarla. Todos sabemos que el agua es indispensable para la vida y que si dejáramos de tomarla moriríamos en pocos días.
Un 70% de nuestro cuerpo está constituido por agua; encontramos agua en la sangre, en la saliva, en el interior de nuestras células, entre cada uno de nuestros órganos, en nuestros tejidos e incluso, en los huesos. Además de agua para beber, nosotros los seres humanos utilizamos agua en casi todas nuestras acciones, es decir, la requerimos para preparar alimentos, lavar ropa o trastes, aseo personal, riego de cultivos, cría de animales, fabricación de productos, producción de energía, etc.



Resumen:
El ciclo hidrológico o ciclo del agua es el proceso de circulación del agua entre los distintos compartimentos de la hidrosfera. Se trata de un ciclo biogeoquímico en el que hay una intervención mínima de reacciones químicas, y el agua solamente se traslada de unos lugares a otros o cambia de estado físico.
El agua de la hidrósfera procede de la desfragmentación del metano, donde tiene una presencia significativa, por los procesos del vulcanismo. Una parte del agua puede reincorporarse al manto con los sedimentos oceánicos de los que forma parte cuando éstos acompañan a la litosfera en subducción.
La mayor parte de la masa del agua se encuentra en forma líquida, sobre todo en los océanos y mares y en menor medida en forma de agua subterránea o de agua superficial (en ríos y arroyos). El segundo compartimento por su importancia es el del agua acumulada como hielo sobre todo en los casquetes glaciares antártico y groenlandés, con una participación pequeña de los glaciares de montaña, sobre todo de las latitudes altas y medias, y de la banquisa. Por último, una fracción menor está presente en la atmósfera como vapor o, en estado gaseoso, como nubes. Esta fracción atmosférica es sin embargo muy importante para el intercambio entre compartimentos y para la circulación horizontal del agua, de manera que se asegura un suministro permanente a las regiones de la superficie continental alejadas de los depósitos principales.



Condensación: es el proceso en el que el gas en forma de nubes, cambia al estado líquido en forma de agua.

Precipitación: Es cuando hay líquido en forma de lluvia ( es cuando llueve).

Filtración: Es cuando el agua que cae de las nubes baja a la superficie terrestre, se absorbe y pasa por unos procesos para que al final se filtre.

Evaporación: es cuando gracias a la radiación solar, el agua de los mares se evapora y sube formando nubes.

Fusión: Se produce cuando la nieve cambia a estado liquido.


Opinión:

Todas las formas de vida conocidas dependen del agua. El agua es parte vital de muchos procesos metabólicos en el cuerpo. Cantidades significantes de agua son usadas durante la digestión de la comida. Sin embargo, algunas bacterias y semillas de plantas pueden entrar a un estado criptobiótico por un período de tiempo indefinido cuando se deshidratan, y vuelven a la vida cuando se devuelven a un ambiente húmedo.

Cerca del 72% de la masa libre de grasa del cuerpo humano está hecha de agua. Para su adecuado funcionamiento nuestro cuerpo requiere entre uno y tres litros de agua diarios para evitar la deshidratación, la cantidad precisa depende del nivel de actividad, temperatura, humedad y otros factores. El cuerpo pierde agua por medio de la orina y las heces, la transpiración y la exhalación del vapor de agua en nuestro aliento.

Los seres humanos requieren agua pobre en sales y otras impurezas. Entre las impurezas también se cuentan sustancias químicas o, en otro sentido, microorganismos perjudiciales. Algunos solutos son aceptables y hasta deseables para un sabor apropiado por eso debemos aprender a cuidar el agua para que se siga produciendo el ciclo del agua que ya tiene millones de años prediciéndose.



Referencias Bibliográficas:

http://html.rincondelvago.com/ciclo-hidrologico_1.html

http://www.ciclohidrologico.com/

http://www.miliarium.com/Monografias/PHN/Ciclo_hidrologico.asp

http://www.ucm.es/info/diciex/proyectos/agua/precipitacion.html

http://ga.water.usgs.gov/edu/watercyclespanish.html

http://library.thinkquest.org/04apr/00222/spanish/cycle.htm